miércoles, 4 de marzo de 2020

(TEA) TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA


TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA)

Que debe saber acerca del Trastorno del espectro autista TEA

Por: Lic. Leonardo Guerrero
Psicologo Clinico y Terapeuta Conductual.
ITB.

El cuidado diario de un niño con autismo es de vital importancia, conciliar sus necesidades físicas, con un entorno apropiado y el apoyo a su enseñanza es un reto continuo. Sin embargo, a pesar de que cada niño es único y el nivel del trastorno puede variar ampliamente, hay algunos elementos que pueden ser de utilidad para hacer un poco más fácil el cuidado de un niño con autismo.

¿Cuáles son algunas de las afecciones que pueden tener los niños con el TEA?

Problemas sensoriales:
Muchos niños con el trastorno del espectro autista (TEA) reaccionan con exageración o con indiferencia a ciertas imágenes, sonidos, olores, texturas y sabores. Por ejemplo, algunos pueden:

-Mostrar disgusto o incomodidad ante un contacto suave o ante la sensación de ropa sobre su piel.

-Experimentar dolor ante ciertos sonidos, como el de una aspiradora, el timbre del teléfono o una tormenta repentina; a veces se taparán los oídos y gritarán
- No reaccionar ante mucho frío o dolor intenso.

Áreas principales que se deben trabajar con el niño autista:
El Análisis Conductual Aplicado o ABA, por su sigla en inglés (Applied Behavior Analysis) es una tecnología para niños autistas que aplica los principios del aprendizaje de forma sistemática para incrementar, disminuir, mantener o generalizar determinadas conductas que se toman como objetivo.

Establecer una rutina.
Todos los niños se benefician de una rutina consistente, sin embargo, para los niños con autismo esta rutina muy frecuentemente es una necesitad.

Involucrar a todos los miembros de la familia en cuál debe ser esta rutina es muy importante. Las necesidades individuales, los temperamentos, los horarios y los compromisos deben ser considerados al decidir cómo organizar los tiempos y los espacios. La rutina permite a un niño con autismo conocer los eventos que durante el día sucederán, lo cual le dará seguridad y mantendrá alejada la confusión.

Para esta rutina se debe establecer horas para las comidas, el baño, el juego, las actividades, las compras, la escuela, los amigos y para dormir. Estos horarios se deben respetar lo más posible, y se debe asegurar que los miembros de la familia, los amigos, los maestros y los vecinos estén familiarizados con esta rutina y así puedan ser un apoyo.

Reforzar el comportamiento positivo.
El comportamiento positivo es seguido de consecuencias deseables, el niño repetirá este comportamiento para obtener una recompensa.

Es importante ser muy específico cuando se premia al niño, para ello se debe verbalizar exactamente por qué razón se está otorgando un premio.

El contacto visual.
Durante las interacciones con el niño, ya sea durante las conversaciones o cuando le va a dar instrucciones, el adulto debe invitar al niño a que le mire a la cara. Los juegos de imitación son un buen reclamo para acostumbrar al niño a mantener el contacto visual con los demás.
Entrenar su motricidad–fina (por ejemplo, pintando objetos pequeños) y la motricidad gruesa (p.ej., jugando a la pelota).

–Trabajar la lateralidad con ejercicios cruzados (“Tócate la oreja derecha con la mano izquierda”).

El niño autista no solo se caracteriza por manifestar una serie de dificultades en su desarrollo como individuo, también dispone de pequeños grandes talentos que beneficiarán su aprendizaje: su minuciosidad en la realización de tareas, sus altas destrezas en tareas mecánicas o la curiosidad que muestra ante el funcionamiento de un objeto.

Reforzar las competencias propias del niño, cubrir sus necesidades especiales y fomentar una intervención personalizada en sus dificultades de desarrollo son los tres preceptos básicos sobre cómo trabajar con niños autistas.

El Trastorno del Espectro Autista (TEA en español es una discapacidad del neurodesarrollo que se caracteriza por problemas del habla y la comunicación verbal y no verbal así como por dificultades en la interacción social, la tendencia de aislarse y la presencia de comportamientos repetitivos.

 Por lo general, los síntomas de un Trastorno del Espectro Autista se agudizan entre los 2 y 3 años de edad cuando se espera que el niño se involucre en le ambiente escolar, causando retrasos en muchas áreas básicas del desarrollo tales como aprender a comunicarse de manera verbal y/o no verbal y a jugar e interactuar con los demás. Las señales y síntomas del autismo varían ampliamente, ya que algunos niños solo presentan discapacidades leves, mientras que otros presentan discapacidades más pronunciadas.

Como es de costurmbre agradecemos la visita de nuestros lectores y al mismo tiempo les invitamos a aprovechar el restro de nuestro contenido. tambien les invitamos ha hacer preguntas y sugerencias, a descargar y compartir este y otros temas para llevar esta informacion a mas personas.

EL Lic. Leonardo Guerrero, trabaja para el Centro de la diversidad infantil Punta Cana, un centro especializado que trabaja con niños de 0 a 12 años de edad con EL TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA, SINDROME DE DOWN Y PARALISIS CEREBRAL. Si lo desean pueden dejar sus inquietudes en los comentarios.

2 comentarios:

Jansell Gutiérrez dijo...

Hola, quisiera compartir una reflexión.

Actualmente tengo 25 años y soy alumno en la carrera de psicología. Recientemente, recibí el diagnóstico de estar dentro del rango TEA pero más cercano al aspeger. Recibir un diagnóstico a esta edad igual es muy, muy pero muy complejo poder asimilarlo, aceptarlo y poder vivir con ello.

En la actualidad, recién e podido volver a mi vida pero sin dejar de lado la psicoterapia que bien me a hecho y poder trabajar en temas que podrían aquejar el dia a dia de una persona con Asperger. Y, esto es lo primero que quiera mencionar.

Un diagnóstico, no tiene porqué estar en nuestro SER, puede estarlo, más bien en el TENER ya que, es algo que "tengo", pero tampoco se me puede olvidar quien soy yo. Mi nombre va primero y después vendría lo del diagnóstico. Lo digo de esta manera, ya que uno tiende a involucrarse a tal punto de decir: "soy Asperger". En vez de decir "Tengo Asperger" entocnes terminamos (en muchos casos) tratandonos por lo que tenemos y no por lo que somos.

Lo otro, es que la psicoterapia realmente ayuda y nos hace tener una mirada distinta de las cosas, como también a trabajar en nosotros mismos.

Jansell Gutiérrez dijo...
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