MANEJO CONDUCTUAL EN EL AULA
TECNICAS Y HERRAMIENTAS PARA EL MANEJO DE LOS ESTUDIANTES CON PROBLEMAS DE CONDUCTA EN EL PLANTER ESCOLAR.
Cuando hablamos del manejo conductual en el aula o más bien dicho “en las aulas” nos referimos a las estrategias y técnicas que los docentes pueden utilizar para promover un ambiente adecuado para manejar los problemas de comportamiento de los estudiantes y fomentar un aprendizaje positivo. Esto requiere establecer expectativas claras, reforzar los comportamientos deseados y abordar los desafíos conductuales de manera efectiva y constructiva.
Establecimiento de reglas claras y consistentes:
Definir y comunicar las normas de conducta de forma clara y coherente, asegurarse de que los estudiantes las comprendan y las sigan. Esto implica además la integración y colaboración de padres y cuidadores.
Establecer normas de conducta y comunicarlas a los estudiantes les permite además regular su comportamiento a sabiendas de lo que se espera de ellos. Las expectativas permiten a los estudiantes saber que se espera de ellos en diferentes momentos y contextos.
Intervención temprana:
En la mayoría de los casos, los niños con problemas de conducta dan señales claras: algunos estudiantes son ya conocidos debido a que han sido promovidos de un curso anterior y otros estudiantes han sido referidos por otras instituciones y cuentan con reportes y/o evaluaciones conductuales que permiten identificar posibles comportamientos disruptivos. Abordar estos problemas de conducta de manera oportuna y efectiva evita que empeoren.
Enfoque en habilidades sociales:
La esfera socioemocional se relaciona con la interacción de las emociones y las habilidades sociales en las personas. Implica la capacidad de comprender y manejar las propias emociones, así como las de los demás, y utilizar este entendimiento para construir relaciones positivas, tomar decisiones responsables y enfrentar desafíos de manera efectiva. Enseñar a los estudiantes habilidades como la resolución de conflictos, la comunicación efectiva y la empatía fomenta el desarrollo de conductas socialmente adaptativas.
Los beneficios de intervenir la esfera socioemocional son:
Desarrollar un nivel adecuado de autoconciencia: lo que permite al estudiante reconocer y entender las propias emociones, sus fortalezas y debilidades.
Autorregulación: regular las emociones, pensamientos y comportamientos de manera efectiva.
Obtener conciencia social: entender las emociones, perspectivas y experiencias de los demás, incluyendo la empatía.
Integración y competencia social: establecer y mantener relaciones positivas, comunicarse eficazmente, colaborar y resolver conflictos.
Tomar decisiones de manera responsable: revaluar opciones, considerar consecuencias y actuar de manera ética y constructiva.
Creación de un ambiente de apoyo:
Fomentar un ambiente positivo, seguro y respetuoso donde los estudiantes se sientan valorados y escuchados. Es importante poner especial interés en mejorar el entorno e identificar posibles focos de conflictos entre los estudiantes como puede ser la presencia del bullying, conocido también como acoso escolar; es una forma de maltrato que implica agresiones físicas, verbales o psicológicas de manera repetida y prolongada en el tiempo y que se produce entre estudiantes, afectando la esfera socioemocional y conducta.
Un ambiente nocivo puede provocar serios problemas emocionales como: depresión, ansiedad, baja autoestima, cambios en el comportamiento y deserción escolar.
Colaboración con padres y especialistas:
Trabajar en conjunto con los padres y otros profesionales para abordar problemas de conducta más complejos. El manejo conductual puede llegar a ser un gran reto para los maestros y padres de niños con problemas conductuales. Los comportamientos disruptivos muchas veces están asociados a condiciones o trastornos del neurodesarrollo como el autismo o el TDAH, además de que el comportamiento se puede ver afectado por condiciones neurológicas que afectan el sistema nervioso por lo que a pesar de tener una buena formación y habilidades en el manejo conductual, los maestros necesitan otras ayudas externas.
A través de una evaluación e intervención clínica se puede cambiar el pronóstico de un estudiante, por tal motivo es importante hacer un referimiento adecuado y oportuno de los estudiantes con problemas conductuales. La conciencia y apoyo de los padres + la evaluación y plan terapéutico + el manejo de los docentes en el aula garantizan una intervención apropiada de los niños con alteraciones emocionales y conductuales.
Estrategias específicas:
Refuerzo positivo:
Celebrar el buen comportamiento y los logros académicos, ofrecer recompensas o reconocimientos, o simplemente elogiar el esfuerzo y la participación. Reconocer y elogiar los comportamientos positivos de los estudiantes para fomentar su repetición.
Tiempo fuera:
En situaciones de conflicto o comportamiento disruptivo, retirar al estudiante de la situación por un corto período de tiempo para permitirle calmarse y reflexionar. Aunque esta es una técnica muy útil, se corre el riesgo de fomentar comportamientos inapropiados si no se usa con prudencia. Por esta razón es importante conocer los objetivos del comportamiento y hacerles ver a los estudiantes que no están castigados, es decir que vean la acción de apartarse y reflexionar como un buen habito, así como buscar la autorregulación.
Contratos conductuales:
Establecer acuerdos con los estudiantes sobre comportamientos específicos y las consecuencias de cumplirlos o no. Es importante para mejorar la conducta hacer saber a los estudiantes que esperamos de ellos y que obtendrán a cambio de mostrar un buen comportamiento.
Modelado:
Muchos estudiantes imitan los comportamientos de los adultos en situaciones sociales como la cortesía cuando observan que entre los adultos es un habito que genera beneficios o la violencia y la grosería cuando creen que es la forma en que deben de actuar en un entorno hostil. Demostrar comportamientos deseados y explicar cómo abordarlos en diferentes situaciones puede ayudar a mejorar la conducta.
Entrenamiento en habilidades sociales:
Incluir programas y actividades enfocadas a enseñar a los estudiantes habilidades como la comunicación efectiva, la resolución de conflictos y el manejo de la frustración.
Intervenciones conductuales individualizadas:
Diseñar planes de intervención específicos para estudiantes con desafíos conductuales persistentes, a menudo con la ayuda de especialistas. La terapia conductual es útil para enseñar patrones adecuados de conducta en diferentes contextos como la escuela, el hogar y la comunidad, utilizando técnicas de modificación de conducta como el refuerzo positivo, la extinción o la reestructuración cognitiva etc.
Consideraciones importantes:
Conciencia de las necesidades individuales:
Reconocer que cada estudiante es diferente y que las estrategias de manejo conductual pueden necesitar ser adaptadas a las necesidades individuales.
Prevención:
Implementar estrategias proactivas para prevenir problemas de conducta, como establecer rutinas claras, crear un ambiente de aprendizaje atractivo y fomentar la participación de los estudiantes.
Evaluación constante:
Evaluar la efectividad de las estrategias de manejo conductual y realizar ajustes según sea necesario.
Colaboración con los padres:
Mantener una comunicación abierta con los padres para trabajar juntos en el apoyo al estudiante.
En conclusión:
los niños como problemas de conducta dan señales claras cuando presentan problemas conductuales y una forma de identificarlos es a través de la historia previa del estudiante y/o la realización de evaluaciones comportamentales que permitan identificar y planear el uso de estrategias para el manejo conductual dentro del aula. Cuando hablamos del manejo conductual en el aula nos referimos a las estrategias y técnicas que los docentes pueden utilizar para promover un ambiente adecuado para manejar los problemas de comportamiento. Algunas condiciones como trastornos del neurodesarrollo; TDAH, autismo o condiciones neurológicas interfieren en la conducta, por lo que es importante abordar la problemática de forma integral con la participación de los maestros, padres y profesionales. Se pueden utilizar diferentes técnicas y herramientas como el refuerzo positivo, el tiempo fuera y el entrenamiento en habilidades sociales para fomentar comportamientos apropiados y es importante comprender que cada niño es igual y diferente a la vez de otros estudiantes y si bien una estrategia puede ser útil para uno, no necesariamente funciona para todos los casos.
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