Destino.
Te vi parada en la esquina de destino,
Llovía y no tenías paraguas,
De la curva de tus labios colgaba una gota de agua,
De la curva de tus labios colgaba una gota de agua,
No había visto nunca nada tan hermoso.
Me acerqué y te ofrecí mi amor,
Me miraste sorprendida, después reíste,
Nos tomamos de la mano en silencio,
No había nadie en la calle salvo tu y yo
Juntos caminamos ahora por el mundo,
Nuestro amor se parece a un carrusel que nunca se detiene,
Aquella ves que te vi parecías un ángel peregrino,
Gracias a todos los cielos por ponerte en mi camino.
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