EL GRAN RETO DE VOLVER A LA ESCUELA.
¿Estamos listos para volver a clases?
Por: Cesar Ramos. (Psicólogo Clínico)
ITB.
El mundo sigue atravesando por la peor crisis luego de 100 años. La pandemia no apunta a dar una
tregua por el momento y la sociedad lucha por volver a la normalidad, los
gobiernos están recibiendo una presión enorme de parte del sector industrial y económico
que sin duda alguna ha tenido pérdidas incalculables. Sabemos que la educación
al igual que la salud es un negocio lucrativo en américa latina, incluso en
Estados Unidos.
No se puede poner en duda la necesidad de volver a poner en marcha la
industria de la educación: universidades, colegios, escuelas y proveedores del
área, están a la espera de reactivarse y volver a percibir una tajada
millonaria del pastel, pero ¿Cuál es el costo? Enviar a los niños a las
escuelas sin tomar en cuenta que 1, los niños forman parte de la población más
vulnerable, 2. el impacto emocional que esto supondrá para ellos y sus familias
y 3. La preparación del sistema para enfrentar el virus en las aulas.
Mercedes Coronado, presidenta de la unión dominicana de instituciones
educativas privadas (UDIEP) considera que el próximo ministro de educación Roberto
Fulcar, debe dar apertura al año escolar en septiembre, de no hacerlo deberá implementar
un plan maestro junto al ministerio de industria y comercio y Mipymes para ir
en auxilio del sector de los colegios privados.
Podemos observar en el párrafo anterior que el sector educativo está
motivado a defender sus intereses, sin embargo al parecer no se ha tomado en cuenta
lo dicho por el presidente de la Organización Mundial de la salud Tedros
Adhanom Ghebreyesus en su discurso del 11 de mayo 2020 quien al referirse a la
vuelta a las aulas dijo que: “las autoridades deben tener en cuenta una serie
de factores importantes a la hora de decidir si reabren esos centros y de qué
manera.
Entre los factores mencionados se encuentran los siguientes:
- Se necesita
conocer claramente la transmisión actual de la Covid-19 y la gravedad de la
enfermedad en los niños.
- Deberá tenerse
en cuenta la epidemiología de la Covid-19 en la zona en la que se encuentra la
escuela.
- Es necesario
tener capacidad para aplicar medidas de prevención y control de la Covid-19 en
el entorno escolar.
A demás dijo: a la hora de decidir si reabren las escuelas, los
gobiernos locales deberán evaluar su capacidad para aplicar medidas de prevención
y control de la infección.
La República Dominicana no es la única que enfrenta la necesidad y el
reto de llevar los niños y adolescentes a las aulas, Estados Unidos, también busca
hacerlo en Septiembre. El asunto es si ¿se cumplen con las condiciones para
hacerlo y si se tiene un verdadero control de la situación? En un artículo
publicado en el portal de CNN en español señala las declaraciones del
Presidente Trump “Vamos a presionar
mucho a los gobernadores y todos los demás para que abran las escuelas”, dijo
Trump, que ha estado ansioso por reabrir estados unidos para impulsar la economía
y salir de la pandemia.
En toda América latina y el caribe el tema sensible del momento es la educación
y el riesgo de salud. Es obvia la presión que existe y se requieren decisiones
sabias “para que no salga más cara la sal que el chivo”. La reapertura de las
escuelas no debe ser a causa de intereses personales, políticos o económicos,
debe darse en pro del bienestar de la mayoría, en mi opinión el enfoque debe
estar orientado en implementar modelos alternativos de enseñanza a distancia o
pensar en la implementación de programas de recuperación académicas para en un
futuro llamar las lagunas que puedan darse como consecuencia de la situación actual.
También debe ser tomado en cuenta el factor emocional de regresar a las
aulas en estas circunstancias, el estrés emocional puede tener un impacto en
los niños. Un artículo publicado en el portal de ayuda de la (APA) Asociación
Americana de Psicología titulado “manejando el estrés traumático: los desastres
naturales y los niños”. El mismo dice., “la ansiedad y el temor que a menudo
aparecen después de un desastre pueden ser especialmente problemáticos para los
niños sobrevivientes, especialmente si estos han sido víctimas directas del
desastre o si han sido separados de sus familias. Algunos niños pueden tener
regresiones y exhibir conductas de edades anteriores, tales como chuparse el
dedo o mojar la cama. Es posible que sean propensos a tener pesadillas y a
presentar temor a ir a dormir solos. Su desempeño en la escuela también puede sufrir.
Otros cambios en los patrones de conducta pueden incluir hacer rabietas con más frecuencia o aislarse
y mostrarse más solitarios”.
No solo debe tomarse en cuenta la salud mental y emocional de los niños,
también se debe tomar en cuenta la salud de los profesores. Medir su nivel de estrés
y evaluar su capacidad de afrontamiento, recordemos que muchos, tanto niños
como maestros han sufrido alguna perdida de familiares a causa de la pandemia,
muchos necesitaran terapia aun años después para manejar y superar las
afecciones producto de la circunstancias. También los padres necesitan tener
certeza de ver a sus hijos en un ambiente seguro y propicio para el
aprendizaje.
Reabrir las escuelas no es tarea fácil, antes de ver un niño aprendiendo
y siendo feliz en las aulas, será necesario llenar muchos espacios, ¿es tiempo
o no? Supongo que los expertos estarán más seguro que nosotros, sin embargo no sería
justo que se hiciera pensando en otro interés que no sea el bienestar inmediato
y el bienestar futuro de los niños. Esto requiere de un compromiso de todos y
la inclusión de todos en el nuevo paradigma educativo si queremos que esta
historia tenga un final feliz.
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conciencia.